
Algo tan pequeño con tanto valor
A simple vista, una ciudad seducida por grandes montañas, árboles inmersos en semillas, semillas llenas de color.
Quizás, nunca nos dimos cuenta de la transparencia y sencillez que aquellos ojos transmitían, ni si quiera entendíamos lo que nos decían.
¿Algo tan pequeño con tanto valor? En poco tiempo nos dimos cuenta del hábito y el trabajo tan admirable que se respiraba. Muchas palabras creo que son pocas, incluso no creo que ni una imagen fuera capaz de describir aquellas miles de miradas.
Continuamos caminando, y mirando alrededor es inevitable pensar, ¿millones de personas al día consumen millones de semillas al día?
La fortaleza de una semilla transmite el coraje perseguido por quien la siembra, la fuerza de quien la recoge, la pasión de quien la tuesta y la gratitud recibida por quien la toma.
La de vueltas que da una semilla en forma de grano de café, tratada tradicionalmente a miles de kilómetros, sabiendo que todas las millones de semillas, serán consumidas diariamente por millones de personas, en millones de lugares distintos incalculablemente en el mismo instante.
Es impresionante, la sensación transpirada de lo que aquellos ojos nos transmitían, de ¡como algo tan pequeño puede tener tanto valor!